sábado, 23 de marzo de 2013

Capitalismo, Desigualdad y Democracia

Recientemente he leído un artículo excelente de Milanovic en La Vanguardia Dossier (número 47 Abril/Junio2013. El mundo de la clase media), titulado: “Se ha acabado el período especial del capitalismo” y que recomiendo efusivamente.

En mi opinión, en la actualidad no existen alternativas reales al capitalismo, a no ser que prefiriéramos volver a intentar el socialismo de planificación centralizada (regímenes autoritarios) de la Unión Soviética, la China comunista de Mao y Cuba, apostásemos por el Capitalismo de Estado (Rusia y China) o decidiéramos en algún recóndito lugar de nuestra mente que en las repúblicas bolivarianas de Venezuela, Bolivia o Ecuador se vive mejor que en Occidente. Aquellos que proponen un cambio de modelo productivo son incapaces de ofrecer algo concreto. Mientras tanto la crisis económica que afecta a las economías de mercado está lejos de resolverse. La discusión entre gobiernos y/o economistas que abogan por políticas de austeridad y políticas de estímulos al crecimiento está lejos de resolverse. A consecuencia de ello la desigualdad avanza inexorablemente. En el caso español es muy evidente con casi tres millones de personas en pobreza extrema (un informe exhaustivo aquí).

Milanovic se pregunta si la desigualdad amenaza la sostenibilidad del capitalismo democrático occidental. Para ello se realiza tres preguntas: (i) ¿Amenaza la desigualdad el capitalismo?; (ii) ¿Es sostenible el capitalismo democrático?; y (iii), ¿Socava la desigualdad el capitalismo democrático europeo?

En principio, ningún sistema económico ni el aumento de la desigualdad parece amenazar el capitalismo. Más que nada porque habría que plantear una alternativa viable. La desglobalización y el localismo (nacionalismo) no tienen ningún sentido ya que el crecimiento y el bienestar económico se verían seriamente afectados. La respuesta a la segunda pregunta ya no es tan evidente. A la democracia le están saliendo competidores: recientemente la tecnocracia en la Italia de Monti e incluso en ocasiones la plutocracia en EEUU. Con respecto a la última pregunta, el principal problema del capitalismo democrático europeo es la globalización. Ojo no significa que la globalización sea negativa. Nada más lejos de la realidad. La globalización ha traído bienestar a nivel mundial, se ha democratizado (si se exceptúa África) pero ha reducido los márgenes. Imaginemos la siguiente pregunta. Seguirían igual de contentos los hinchas del Barça y del Real Madrid si en vez de ganar ligas un año sí y otro también, siguiesen siendo los equipos más importantes pero ganasen títulos cada cinco o más años. Algo parecido está pasando en Europa. Las economías europeas ya no sólo compiten con EEUU. y Japón. Se han consolidado países como Australia o Canadá. Han aparecido los BRICs (Brasil, Rusia, India y China). Turquía, Sudáfrica, México e Indonesia –si superan los problemas institucionales que sufren- parecen llamadas a ser las siguientes economías en dar un salto de calidad. Pero también están las economías de América del Sur (Argentina y Chile, fundamentalmente), el Sudeste Asiático (Singapur, Vietnam y Tailandia que, por ejemplo, se ha convertido en el 12 productor de automóviles) y los países productores de petróleo si logran compaginar crecimiento económico y libertad.

Con relación a esto, una última pregunta. Si nos dan a elegir entre bienestar económico y democracia qué elegimos. Aunque jamás deberían ponernos en dicha tesitura, parece que en China lo tienen claro.Uno de los argumentos utilizados por la sociedad china para no implementar la democracia, es que los intereses de los campesinos chinos no coinciden en absoluto con los intereses de las clases urbanas (más detalles aquí).

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Información económica y estadística de China

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