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¿Qué sucedería si EEUU y la Unión Europea permitieran que las grandes empresas y multinacionales tuvieran derecho a controlar lo que vemos por internet? Hasta ahora, cualquier mejora en Internet nos beneficiaba a todos. Así por ejemplo si la CNN, Fox News o la BBC lograban una forma más rápida de retransmitir vídeos, automáticamente lo hacían los medios independientes que retransmiten lo que sucede sobre el terreno, ya sea en Palestina, Siria o Ucrania. Según los expertos, esto se denomina “neutralidad de red” (principio por el cual se garantiza que gobiernos y compañías proveedoras del
servicio dan el mismo tratamiento a todos los datos sin
discriminar la fuente, el destinatario, la plataforma utilizada, el tipo de
equipo y/o el contenido de la información). Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones de Washington DC rechazó a mediados de enero las normas de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), aprobadas en diciembre de 2010, que obligaban a los proveedores de internet a dar a todos los usuarios el mismo acceso de tráfico a través de sus redes (más información aquí, aquí y aquí). ¿Qué consecuencias tendría para todos los usuarios que el 1% más rico del planeta pudiera controlar a partir de ahora y para siempre todo lo que cada uno de nosotros ve por Internet? Es más, actualmente proveedores web como Verizon, Vodafone y Telefónica están presionando para crear un Internet para ricos. Asimismo en el horizonte se vislumbra una guerra entre las empresas de
cable y telefonía versus los gigantes de contenido en internet,
como Google (que incluso compra empresas que trabajan para el Pentágono), Amazon y Netflix, entre otros.
Por si no fuera suficiente, el Parlamento Europeo amenaza con aprobar
una nueva regulación que daría a los proveedores de servicios de
Internet el derecho a repartirse la red y controlar lo que vemos. De hecho, si un comité del Parlamento Europeo adopta el
próximo 27 de febrero un texto de regulación para el mercado de
las telecomunicaciones -propuesto el pasado 11 de septiembre por la
comisaria Neelie Kroes- se legalizaría el incumplimiento de dicha práctica. Pese a que su artículo 23.5 estipula que “los proveedores de los
servicios de acceso a Internet no deben restringir las libertades (de
comunicación) con el bloqueo, la desaceleración, la degradación o la
discriminación de contenidos, aplicaciones o servicios específicos”, la
propuesta de la Comisión Europea también autoriza el suministro de
“servicios especializados (…) con una mejor calidad de servicio”
(facilidades conocidas como Servicio de Calidad Garantizada). Más detalles aquí y aquí.
Matrix, 1999. |
¿Qué sucedería si los proveedores de internet tienen capacidad para definir cómo y cuándo
accedemos a los contenidos sin que nadie les vigile? Muy sencillo, impondrían barreras (bloquearían contenidos), ralentizarían las páginas de todos aquellos que no puedan pagar a dichos proveedores y por supuesto los usuarios deberían pagar por acceder a sitios web. Por no comentar, los peligros que esto supondría para la libertad de prensa y la incertidumbre que rodearía a internet tal como lo conocemos actualmente.
Aquí tenéis un video explicativo de Enrique Dans sobre la neutralidad de la red (más detalles aquí).
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