Barry Eichengreen |
Resumo brevemente las recientes (y excelentes) aportaciones de Barry Eichengreen y Bradford DeLong sobre la historia de la desigualdad. Más detalles aquí y aquí.
En los últimos tres siglos (250 años) Eichengreen (Berkeley) ha identificado seis procesos históricos sobre la desigualdad:
1. Gracias a la Revolución Industrial se produjo entre 1750 y 1850 un aumento del diferencial de ingresos en Gran Bretaña. Este proceso económico y social benefició a la clase media, pero no tanto a los pobres. Y esto independientemente de que las personas viviesen en entornos urbanos o rurales.
2. Entre 1750 y 1975, la distribución del ingreso empeoró en todo el mundo. Esto fue debido a que algunas regiones mundiales sacaron importantes rendimientos y economías de escala de las tecnologías industriales y posindustriales. Por ejemplo, en 1800, la paridad del poder adquisitivo de EEUU era dos veces la de China; en 1975, era 30 veces la de China.
3. Es bien sabido que durante la Primera Globalización (1850-1914) los niveles de vida y productividad de la mano de obra convergieron en el hemisferio norte. Durante este periodo, más de 50 millones de personas abandonaron una Europa agrícola con exceso de población para asentarse en otros lugares ricos en recursos (sobre todo EEUU, pero también Canadá, Australia y algunos países de América Latina como Argentina y Brasil). Se llevaron consigo sus instituciones, tecnologías y capital. ¿Cuál fue la consecuencia? El diferencial de salarios entre Europa y las nuevas economías se redujo aproximadamente desde el 100% al 25%.
En los últimos tres siglos (250 años) Eichengreen (Berkeley) ha identificado seis procesos históricos sobre la desigualdad:
1. Gracias a la Revolución Industrial se produjo entre 1750 y 1850 un aumento del diferencial de ingresos en Gran Bretaña. Este proceso económico y social benefició a la clase media, pero no tanto a los pobres. Y esto independientemente de que las personas viviesen en entornos urbanos o rurales.
2. Entre 1750 y 1975, la distribución del ingreso empeoró en todo el mundo. Esto fue debido a que algunas regiones mundiales sacaron importantes rendimientos y economías de escala de las tecnologías industriales y posindustriales. Por ejemplo, en 1800, la paridad del poder adquisitivo de EEUU era dos veces la de China; en 1975, era 30 veces la de China.
3. Es bien sabido que durante la Primera Globalización (1850-1914) los niveles de vida y productividad de la mano de obra convergieron en el hemisferio norte. Durante este periodo, más de 50 millones de personas abandonaron una Europa agrícola con exceso de población para asentarse en otros lugares ricos en recursos (sobre todo EEUU, pero también Canadá, Australia y algunos países de América Latina como Argentina y Brasil). Se llevaron consigo sus instituciones, tecnologías y capital. ¿Cuál fue la consecuencia? El diferencial de salarios entre Europa y las nuevas economías se redujo aproximadamente desde el 100% al 25%.
4. La característica anterior supuso una pequeña "edad de oro" de 1870 a 1914, en la cual la desigualdad dentro de cada país aumentó en el hemisferio norte. En principio, la industrialización, la capacidad de emprendimiento y los resortes financieros permitieron canalizar la mayor parte de los ingresos adicionales hacia las familias más ricas (os recomiendo la siguiente entrada EEUU 1865-1913: Reconstrucción, Capitalismo y The Robber Barons).
5. La desigualdad de esta pequeña “edad de oro” se redujo considerablemente durante el periodo que Madisson denominó la "edad dorada del capitalismo" (1930-1980). La aplicación en el hemisferio norte de políticas socialdemócratas inspiradas en las teorías keynesianas consistentes en una redistribución de los ingresos -vía impuestos a los grupos sociales de mayor poder adquisitivo- ayudó a pagar nuevas prestaciones sociales y fomentar nuevos programas públicos.
6. En la actualidad las políticas económicas han provocado en el hemisferio norte un empeoramiento de la distribución de ingresos que según Eichengreen no es más que el inicio de una nueva "edad de oro" tal como sucedió entre 1870 y 1914.
5. La desigualdad de esta pequeña “edad de oro” se redujo considerablemente durante el periodo que Madisson denominó la "edad dorada del capitalismo" (1930-1980). La aplicación en el hemisferio norte de políticas socialdemócratas inspiradas en las teorías keynesianas consistentes en una redistribución de los ingresos -vía impuestos a los grupos sociales de mayor poder adquisitivo- ayudó a pagar nuevas prestaciones sociales y fomentar nuevos programas públicos.
6. En la actualidad las políticas económicas han provocado en el hemisferio norte un empeoramiento de la distribución de ingresos que según Eichengreen no es más que el inicio de una nueva "edad de oro" tal como sucedió entre 1870 y 1914.
Bradford DeLong |
Por su parte, el profesor Bradford de Long (Berkeley) señala que la evolución de la desigualdad a muy largo plazo ha provocado otros seis efectos.
i. A pesar de que los niveles de pobreza se han reducido globalmente desde 1980, no es menos cierto que en algunos lugares la pobreza absoluta es muy persistente. Según señala Ananya Roy las personas que viven en la pobreza absoluta están privadas tanto de oportunidades como de medios para cambiar su situación. En este punto, DeLong hace suyas las ideas del filósofo Isaiah Berlin (1909-97) (entrevista aquí; biografías aquí y aquí). Para DeLong los pobres carecen de "libertad positiva" (capacidad de autorrealización) y de "libertad negativa" (ausencia de impedimentos a la acción). En otras palabras, la desigualdad no solo afecta a la distribución de la riqueza sino también a nuestra libertad.
i. A pesar de que los niveles de pobreza se han reducido globalmente desde 1980, no es menos cierto que en algunos lugares la pobreza absoluta es muy persistente. Según señala Ananya Roy las personas que viven en la pobreza absoluta están privadas tanto de oportunidades como de medios para cambiar su situación. En este punto, DeLong hace suyas las ideas del filósofo Isaiah Berlin (1909-97) (entrevista aquí; biografías aquí y aquí). Para DeLong los pobres carecen de "libertad positiva" (capacidad de autorrealización) y de "libertad negativa" (ausencia de impedimentos a la acción). En otras palabras, la desigualdad no solo afecta a la distribución de la riqueza sino también a nuestra libertad.
ii. Abolición de la esclavitud en muchas regiones del mundo durante el siglo XIX
iii. Se han reducido las restricciones que impedían a otras minorías (raciales, étnicas o de género), incluso aunque fueran ricas, acceder a determinadas oportunidades.
iv. Se ha produciso una importante convergencia global en la distribución de la riqueza desde 1975 gracias al elevado crecimiento que se ha producido en China e India.
v. Según muestra Piketty, deteminadas disposiciones políticas favorables a los grupos sociales más ricos les permite sacar provecho de la economía sin crear riqueza adicional. Muy importante, este es un proceso que ha actuado en el pasado y que sin ningún género de dudas se volverá a producir en el futuro.
vi. Las democracias son propensas a los movimientos populistas, especialmente cuando la desigualdad crece. Y llegados a este punto, DeLong señala que es conveniente aprovecharse de las lecciones de la historia. Así por ejemplo, en Francia, la movilización populista instaló a un emperador (Napoleón III, líder de un golpe de estado en 1851) y provocó la caída de gobiernos elegidos democráticamente durante la Tercera República. En Estados Unidos, sostuvo la discriminación de los inmigrantes y la legalización de la segregación racial con las leyes de Jim Crow. En Europa central, (cito textualmente al autor) "la movilización populista impulsó el expansionismo imperial disfrazado de internacionalismo proletario. En la Unión Soviética, ayudó a Lenin a consolidar el poder, con consecuencias desastrosas que solo fueron superadas por los horrores del nazismo, que también llegó al poder subido a una ola populista". No obstante, conviene subrayar que el populismo también coadyuvó a "extender el derecho al voto, implementar sistemas tributarios progresivos y la seguridad social, acumular capital físico y humano, abrir las economías, priorizar el pleno empleo y alentar las migraciones".
En cualquier caso, y siguiendo a DeLong no conviene olvidar que en la actualidad estamos tres veces mejor que nuestros bisabuelos.
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