Recomiendo efusivamente el último libro de Fernando Aramburu, Patria. De entrada, os recomiendo el reportaje realizado por radio3 Hoy Empieza Todo (Barriupedia, 15 de septiembre de 2016): aquí o aquí. Os remito asimismo a una entrevista publicada por Babelia (3.09.16) y de la cual entresaco las siguientes respuestas.
P. La novela arranca con el anuncio del alto el fuego, el 20 de octubre de 2011. ¿Dónde estaba usted entonces?
R. En casa, donde paso la mayor parte de mi vida desde que me
dedico exclusivamente a escribir. Me pareció una escenificación
ridícula. Sé desde hace tiempo que la maldad es compatible con la
ridiculez. Esa manera de presentarse con la cara tapada es
simbólicamente una falta de valentía y de transparencia. La
argumentación además fue de una ligereza intelectual que tiraba de
espaldas, pero, bueno, dejaron de matar, esperemos que para siempre.
P. ¿Ese alto el fuego es sinónimo de paz?
R. No. La paz es algo más complejo que el hecho de que tres tipos con
la cara tapada digan detrás de una mesa que no van a matar más. Hay un
punto que todavía no me permite hablar de paz y es el dolor de las
víctimas. Supongo que se ha delegado en el transcurso del tiempo y en el
olvido llegar a una situación que mereciera el calificativo de paz,
pero aún hay muchas preguntas pendientes.
(...)
P. ¿Decretaría la amnistía de los presos?
R. ¿Gratis? ¿Sin arrepentimiento? De ninguna manera.
P. ¿Y su acercamiento?
R. No me parece mal. Humanizar la vida de la gente me parece razonable.
P. ¿Qué acabó con ETA?
R. Creo que se dieron cuenta de que a tiros no iban a lograr nunca el
objetivo. Además, hay que reconocer que las fuerzas de orden público de
Francia y España llegaron a un gran nivel de efectividad. Es posible
que hubiera topos en la organización. No hubo una batalla de la que
salieran derrotados. Creo que hay derrotas pendientes; por ejemplo, la
que tal vez sea la más importante, la del relato. Y, por supuesto, la
derrota literaria está pendiente. Todo lo que pasó, pasó en un momento
determinado, en un presente que va quedando cada día más lejos. De qué
sirve hablar de la derrota de ETA si luego predomina un relato que
glorifica a la organización. Cuantos más testimonios seamos capaces de
aportar, más difícil les será imponer la mentira, el mito, la leyenda.
Esta tarea corresponde a los contemporáneos. Los escritores del futuro
difícilmente podrán hacer uso de su memoria personal, tendrán que acudir
a las hemerotecas, preguntar a los abuelos…, y no siempre les saldrá un
relato fiable.
P. ¿Eso ha sucedido con la literatura sobre la Guerra Civil?
R. Exacto. Todavía hay personas que reviven de manera vicaria un acontecimiento histórico en el que no estuvieron presentes.
Se adscriben mentalmente a un bando u otro. Eso y la verdad no es lo
mismo. Yo perdí a mi abuelo en el bando republicano, me alegro de que
eligiera ese bando, pero no siento que tengo que resarcirlo
históricamente. Mi responsabilidad es con mi época, no con un pasado que
no conocí.
La entrevista no tiene ningún desperdicio.
Para indagar más:
Violencia y transiciones políticas a finales del siglo XX (VVAA, Casa de Velázquez)
Y finalmente varios documentales:
YOYES (2011) [gratis en rtve]
1980 de Iñaki Arteta (2014) [puede comprarse en Vimeo]
Archivo rtve (programa Crónicas)
Los poli-milis lo dejaron (2010)
Orígenes eta cap. 1 (2012)
Eta contra la democracia cap. 2 (2012
La sociedad contra eta cap. 3 (2012)
Buscando un final cap. 4 (2012)
1980 de Iñaki Arteta (2014) [puede comprarse en Vimeo]
Archivo rtve (programa Crónicas)
Los poli-milis lo dejaron (2010)
Orígenes eta cap. 1 (2012)
Eta contra la democracia cap. 2 (2012
La sociedad contra eta cap. 3 (2012)
Buscando un final cap. 4 (2012)
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